Chico Bueno, después de jugar un poco, guarda el teléfono en el bolsillo, mira a su derecha y allí ve a su amigo, llegando con paso chulo y confiado.
Me encantaría ser como él, un auténtico seductor
- Hola, gracias por venir, tengo ganas de que me enseñes a ligar, gracias
- Hola Tímido, ¿irás vestido así? no es alfa, ¿no has leído el libro que te dejé?
- Sí, claro que lo leí, me lo sé de memoria, eres un crack de la seducción.
- Claro que lo soy, un maestro de maestros, por eso escribí ese libro, el mejor libro y tu serás el mejor alumno, mi obra maestra.
- Gracias, no se cómo te pagaré toda tu ayuda.
- Ya lo hablaremos, gratis no será.
Así marchando los dos juntos al centro comercial, Chico Tímido no deja de pensar:
"Maldito cabrón, pero si se enfada no me querrá enseñar... lo está haciendo por mi bien, para que vea un macho de verdad"
Y con esa excusa y creyendo que eso es ser un hombre de verdad, llegaron al centro comercial.
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