Es sorprendente la cantidad de gente que tiene miedo a estar solo, aunque lo nieguen, es un miedo que llevamos dentro y que puede manifestarse de muchas maneras.
Vivimos en familia, buscamos formar parte de un círculo social, amigos, asociaciones, no queremos perdernos solos sin nadie a quien pedir ayuda, sentirse rechazado por una mujer o por un hombre.
Todo eso es miedo a la soledad.
¿Cual es la manera de superar este miedo?
Aquí está el error, la mayoría cree o propone lo siguiente:
Comunicarse con otras personas (redes sociales, asociaciones, aplicaciones móviles, chats, compartir piso, etc...) y de esta manera estar el mínimo de tiempo solos.
Pero esto no soluciona nada, simplemente se evita estar solo, se evita sentir ese vacío, ese miedo.
El miedo a la soledad es algo natural, es una muestra de que estamos vivos y una oportunidad para conocernos y sentirnos agradecidos por lo que somos y por lo que podemos hacer.
El miedo a la soledad no se supera, se transforma, hay que saber disfrutar de esos momentos de soledad, sean periodos breves o largos.
De la misma manera que disfrutamos de los momentos con otras personas.
Todo extremo es enfermedad y sufrimiento, en el equilibrio está la clave, sin huir de la soledad y sin perseguir formar parte de un grupo, todo a su debido momento y disfrutando de los dos momentos.
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