Allí estaba el alumno, pensando en "como llegar a ser su mejor Yo", esa mejor versión de si mismo que tanto quería ser y que seguro lo llenaría de gran felicidad y éxito, estaba tan seguro que fue a su maestro para preguntarle.
- Maestro, tengo una duda que me atormenta.
- Dime.
- ¿Cómo puedo llegar a ser la mejor versión de mi mismo?
- Ya lo eres, ahora mismo eres así como dices.
- Maestro, tengo miedos, dudas, siento envidia e ira, no soy la mejor versión de mi mismo.
- No lo eres porque eres un vago y un cobarde, pero todo eso que buscas ya está en ti.
- ¿Donde maestro? Tengo miedo y vergüenza cuando salgo al mercado y tengo que regatear el precio, por miedo a que no me vendan nada, siento envidia de esos hombres rodeados de hermosas mujeres y galopando caballos, mientras viven en sus palacios, quiero ser como ellos, con esa confianza, con ese valor, con ese éxito.
- Busca al cocinero, es casi la hora de comer y necesitará ayuda.
El joven monje fue hasta la cocina, estaba enfadado con el Maestro, no le había ofrecido una respuesta, solo un par de insultos y además tenía que ayudar al cocinero, estaba enfadado y decepcionado.
- Hola Maestro de cocina, ¿necesita ayuda?
- Si joven, gracias, ¿sabes algo de cocina?
- No, no se nada, nunca he entrado en una cocina.
- Eso es perfecto, jajajaja, serás un buen cocinero.
- No quiero ser cocinero.
- Toma ese cuenco con agua, tira el agua y lo vuelves a llenar de agua.
- ¿Para que tiro el agua entonces?
- Para poder llenarlo con agua nueva.
- Es una pérdida de tiempo, es agua de todos modos.
- Pero esta es vieja, está usada en otras tareas, no seas idiota, presta atención a lo que te rodea, miras el agua pero no la ves, no te fijas, estás ciego.
Ese día aprendió una lección, prestar atención a los detalles y que era un vago.
Al día siguiente volvió a la cocina y así durante 2 años, cada día, hasta que aprendió cada tarea dentro de la cocina, pero seguía buscando la respuesta para llegar a ser la mejor versión de si mismo, seguía pensando en eso.
Así que volvió a ver al Maestro del templo.
- Maestro, sigo buscando la respuesta, no la encuentro, ¿cómo puedo ser la mejor versión de mi mismo?
- ¿Te refieres a la versión de ahora o a la del pasado? No eres el mismo que hace 2 años.
- Sigo queriendo tener la confianza, perder el miedo, ser más valiente y con éxito entre los demás.
- Eres el mejor cocinero del templo, todos te respetan, eres el mejor regateando el precio en el mercado, todos te valoran, eres el más habilidoso empaquetando la compra, todos quieren aprender de ti, ¿sigues pensando que eres el mismo?
- No señor, desde ese punto de vista, he cambiado, pero entonces ¿porqué sigo deseando ser mejor de lo que soy?
- Porque nunca dejarás de desear ser como crees que son los demás, los que respetas o envidias, en realidad no quieres ser como ellos, quieres ser como tu crees que son ellos.
- Pero esos señores viven con éxito, mujeres, templos, castillos, caballos y yo soy un cocinero pobre.
- ¿Crees que ellos no se mean de miedo? ¿Crees que no temen la soledad o el fracaso? ¿Piensas que esos que dices no llorarán como niños cuando la muerte les llegue? Todos somos iguales, ellos cagan igual que tu y les pica el culo de igual manera, jajajajaja, sigues el camino de la esperanza y te has perdido 2 años de grandes enseñanzas.
- Entonces, Maestro, ¿que debo hacer?
- Ya lo sabes, el cocinero te lo ha enseñado todo, presta atención a lo que te rodea, no te aferres a tus deseos, da lo máximo de ti cada día y haz lo que tengas que hacer hoy.
Ese alumno, joven e inexperto, dejó el monasterio 3 años después siendo el mejor cocinero, dejó de vivir para la esperanza de un futuro mejor y comenzó a vivir para construir un presente satisfactorio que lo llevaría, sin duda y sin ni siquiera pensarlo, a un futuro ideal, con total atención en el ahora.
El mejor cocinero del templo.
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