Tu trabajo no te define



He realizado trabajos muy distintos y esa es la conclusión, el trabajo no te define, hay una diferencia entre la acción y quien realiza dicha acción, aunque en la sociedad actual se valora a las personas por lo que tienen y no por lo que aportan, entonces sucede, que llenamos de etiquetas más o menos valoradas socialmente a todos los que conocemos.

Allí estaba el camarero, con porte elegante, como de costumbre en aquel lujoso restaurante donde la gente adinerada disfrutaba de una agradable velada, tomando nota de lo que esa mesa iba a disfrutar en esa lluviosa noche de primavera.

El abogado pidió lo de siempre, una crema fría de melón con virutas de jamón ibérico adornada con gelatina de mango y burbujas de miel, de segundo el plato estrella, un espléndido redondo de ternera al punto con salsa de chocolate y cerveza con frutos rojos.

La mujer que estaba sentada enfrente del abogado, pidió la sugerencia del camarero, también le pidió consejo de cual era el agua ideal para esa cena, aceptó el consejo.

- Cariño, si pides consejo al camarero, te venderá lo que le han aconsejado desde cocina y no son los productos más frescos, te venden lo que tienen que gastar antes de que tengan que tirarlo a la basura y perder dinero.
- Mi amor, entiendo tu preocupación, pero dudo mucho que me den comida de tan baja calidad como sugieres, son profesionales, estamos en uno de los mejores restaurantes del país, confía más en ellos.
- Son camareros, no saben nada de lujos ni de calidad, ellos venden, sirven con elegancia y nos hacen la pelota para tener mejores propinas, no son como nosotros.
- Y ¿Cómo somos nosotros?
- Abogados, tengo mi propia firma y ganamos más de 5 cifras cada mes, somos muy diferentes, más elevados.
- Lo que digas cariño, cenemos en paz.

La cena transcurrió sin más sobresaltos, sin más palabras sobre quien era o dejaba de ser, hasta que una pequeña fresa silvestre, del tamaño de una aceituna, se deslizó por la garganta de ese hombre, quedando atrancada y cerrando el paso del aire.

- ¿Cariño estás bien?

Los gestos fueron respuesta suficiente para que la mujer del abogado se levantara gritando "Necesito un médico, mi marido se está asfixia"

En ese momento un hombre corrió hacia el abogado, lo levantó y realizó la maniobra de Heimlich, hasta que la pequeña bolita roja salió disparada, salvando la vida del abogado.

- Gracias señor, mil gracias, pensaba que me iba a morir asfixiado. - dijo el abogado con la voz entrecortada
- De nada, suerte que estaba cerca y pude atenderle, las fresas las carga el diablo, dicen.

El abogado miró a ese hombre, era el camarero, le había salvado la vida la misma persona que le estaba sirviendo la cena.

- ¿Donde aprendió ha hacer la maniobra de Heimlich?
- Cuando estudiaba medicina, hicimos una pequeña sesión de primeros auxilios.
- ¿Es usted médico?
- Sí, ejercí de médico durante varios años aquí en el hospital del Mar.
- Si no es demasiada indiscreción, ¿porqué trabaja de camarero?
- Me gusta ayudar a las personas a disfrutar de la comida, aconsejar platos que sean acordes con su carácter o gustos personales, es un maridaje curioso, pero tiene excelentes resultados, disfruto cuando cada persona de esta sala hace de la experiencia, un momento único. La medicina me gusta, adoro la medicina, pero amo este trabajo, amo trabajar de camarero mucho más que trabajar de médico, aunque gano menos dinero.

Así es cómo el abogado más famoso de la ciudad conoció a una gran persona, que trabajó de médico y ahora lo hacía de camarero.

Desde ese momento, Robert, que trabajaba en su propia firma de abogados, dejó de valorar a las personas por el trabajo que realizaban y más por lo que eran esas personas, el valor que añadían a ese trabajo y el motivo por el cual hacían lo que hacían.


He trabajado de camarero, técnico de sonido, cocinero, diseñador web, comercial, entrenador deportivo, he vendido libros y he tenido 3 negocios propios, cada trabajo lo realicé por un motivo, algunos por placer, otros por dinero y unos pocos por necesidad, pero eso no me define, no soy esos trabajos o los estudios que he realizado, pero cada persona que me conoce me define de según el trabajo que realizaba en el momento de conocerla.

Para algunos soy el técnico de sonido, para otros el camarero, algunos me llaman el comercial y otros el empresario o escritor, entre otras etiquetas, pero todos conocen a la misma persona, a mi.


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