¿Cómo entonces puede mejorar la humanidad sin competencia?
Esta es la pregunta que me hacen cuando digo que la competencia es destructiva, no lo creen porque no lo han visto desde el punto de vista de la creación y de la creatividad, lo ven desde el egoísmo, la mente del beneficio personal.
Competir es querer estar por encima de otros, sentirse superior a otros, hacer más que los otros, llegar más lejos que otros, ser admirado, ser el mejor.
Ese es el objetivo de la competición y puede parecer un objetivo noble y necesario, pero no es así.
Todas las guerras, todos los desastres económicos, todas las disputas entre amigos, vecinos, estudiantes o religiones, son formas de competición, de querer ser más que los demás, de querer ser los mejores.
La competición divide, crea un bando y otro, el de los ganadores y el de los vencidos, toda división es un acto violento y destructivo.
Entonces ¿Cual es el camino?
La cooperación.
Este camino une, crea un bien común, el crecimiento de todos por el bien de todos, grandes mentes de la historia de la humanidad lograron investigaciones científicas cooperando, por otro lado, cuando la competición se hizo con esas investigaciones, crearon las armas atómicas.
La cooperación hace que el más inteligente o habilidoso sea un guía, ayude a otros y por consiguiente lleve a todo el grupo a un nivel superior, si eso lo ponemos a nivel mundial, si los líderes del planeta cooperaran entre ellos por el bien de la humanidad, se terminarían todos los problemas, puede parecer una utopía (un futuro ideal que no puede existir), mas algún día será así por la propia evolución y el desarrollo de la Vida, que es la búsqueda de un bienestar para todos los seres vivos del planeta.
Cooperar es respetar, ayudar, amar, ser buenas personas, es un acto de creatividad y union, cooperando, se pueden lograr grandes metas y todas beneficiosas.
Competir, es buscar el beneficio propio (o del equipo cerrado) incluso si eso significa matar a otras personas, usarlas, manipularlas, humillarlas o simplemente ignorarlas.
La competición es destructiva.
La cooperación es creativa.
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