31. La chica de ojos violeta



El Italiano vio aquella reacción y no le dio demasiada importancia, era de esperar una bofetada o algún tipo de insulto por parte de ella.

Estaba en una discoteca, con ganas de divertirse y de ayudar a ese chico para que fuese más sociable y mejorara sus relaciones, algo realmente sencillo si se conocían los secretos que él conocía.

Miró a su alrededor y vio a una hermosa chica de pelo largo negro como la noche, con cierto tono azulado que la hacía realmente atractiva, pero eso no le llamó la atención, fue el color de sus ojos, de un violeta brillante, no se lo pensó dos veces y se acercó a la chica.

- Hola, bienvenida a la Tierra.
- Que poco original - dijo con tono mecánico y se volvió en dirección a su amiga

El Italiano, consciente de lo que estaba sucediendo en ese momento, se acercó al oído de la chica y le dijo algo, luego se separó, miró a la amiga y se despidió.

No había dado dos pasos ... notó una mano en su codo, era la chica de ojos violeta, no la había visto, pero sabía que era ella, no podía ser otra persona.

- No quería ser tan antipática, pero todos se acercan por el color de las lentillas y me cansa un poco.
- Te entiendo, es magnético.
- Si ¿verdad? es mi color favorito.
- Y te hace ser muy sexy, demasiado sexy para los simples mortales.

Ella se reía, sabía que era atractiva, sabía el efecto que causaba en los chicos de la discoteca, era habitual que la miraran con deseo, le gustaba sentirse deseada, pero no por los babosos de siempre.

- Vas un poco sobrado, jajajaja.

El Italiano se acerco a la chica, otra vez a su oido: "Eres increíble, no lo escondas." dicho esto le beso suavemente el lóbulo de la oreja, notó un pequeño temblor y como se acercaba buscando un poco más de calidez y de esa hermosa sensación que ofrece el cariño desinteresado.

Ella se ruborizó un poco, un suave tono rosado asomó por sus mejillas.

- Saber eso es suficiente, ahora vuelve con tu amiga, no la hagas esperar, se merece tu compañía más que los demás.
- ¿Te vas?
- Sí, este no es el momento ni el lugar, no puedo ofrecerte lo que necesitas, ahora no.
- Está bien...
- Tu amiga te espera.

Dicho esto la besó en la mejilla, con suavidad y ella le miró esperando algo más.

- Dentro de un rato iré a buscarte, con un amigo, para hablar los cuatro. Ahora tienes que divertirte con tu amiga.
- Nos vemos después.

Y ella le regaló un beso en la mejilla, un gesto social el cual, por la forma de besar, escondía algo más.

- Tu timidez es exquisita, será nuestro secreto. 

Y se fue riendo, no sabía el motivo pero tenía la esperanza de volver a ver a este desconocido. Eso es lo que le dijo a su amiga cuando le preguntó por ese chico, miraron hacía él y se fueron a la sala principal.

El Italiano volvió al grupo, la chica de la bofetada ya se había ido, el Maestro y chico Tímido hablaban entre ellos, una conversación que no le interesaba pero esto es lo que escuchó al llegar junto a ellos:

"No se trata de entender cómo piensan ellas, se trata de comprender lo que necesitan y es lo mismo que tu, ser aceptadas por alguien a quien han aceptado, si surge o no una relación, es una decisión de los dos, no solo tuya."


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