Dicen las malas lenguas que en el Amor y la Guerra no hay reglas, el todo vale que en realidad tiene un significado contrario, no hagas lo que yo hago, haz lo que yo digo...
Así nos va.
Que no hay reglas ...perdón... si no mucho hipócrita con delirios de grandeza, ese ser dominante que con orgullo habla de la libertad y se le llena la boca, recordando que todo es por el bien del ser amado...veamos esa libertad que supuestamente regala por el bien... ya no del ser amado o amada, pues solo se ama a si y punto.
En el amor y la guerra, no hay reglas, exceptuando:
1. Las reglas de la persona dominante de la relación.
1a. Se le considerarán leyes divinas y no reglas.
1b. El desconocimiento de estas leyes no exime de su cumplimiento.
2. Si una de esas leyes incumple o es contradictoria a otra, se cumplirán las dos y serás castigadx por una.
3. Si no te gustan estas reglas, te jodes, no es una democracia, la relación es una dictadura.
Esto lo podríamos llamar el buen reglamento del idiota de turno o de la idiota, da lo mismo, no hablo de sexos, hablo de personas... perdón, de personajes.
Así nos va, sin reglas... perdón, con las reglas de un solo sector que sólo busca su propio bienestar jodiendo a la otra parte de la pareja, que simplemente calla, ya que ni protestar puede, pues todo se hace por su bien y el bien de la libertad... ¿qué libertad?
En fín, una relación así lleva al sufrimiento y a finales más trágicos, por lo que terminar la relación, incumpliendo todas las reglas de la persona dominante es el único camino, así buscando consensuar unas reglas por el bien común, las cuales sí ofrezcan libertad a ambas partes y no sólo por el bien del interés propio del que "crea dichas reglas"... perdón "leyes divinas".
Un saludo desde España.
Así nos va.
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